martes, 30 de diciembre de 2008

El dueño de las mentiras

¡Ahí va, mírenlo al execrable!
Al dueño de la prepotencia,
el usurpador de sueños
de tantos como yo cobardes.

Ostentando su poder,
protegido por las leyes
y por el silencio de pobres
sin fuerzas por defenderse.

Ahí va, tan orondo en su follaje
de impunidad consentida,
por testaferros comprados
en tiendas de politiquería.

Mira desde su soberbia
la rabia de una masa retraída,
por el temor de quedarse
sin trabajo y sin comida.

Y prolifera su dote
con la miseria afligida,
repartiendo solo crisis
no ganancias obtenidas.

¡Ahí va, con su altanería!;
el execrable, abominable,
artero y manipulador.
¡Ahí va el empresario!
El dueño de las mentiras.

La zaga de mi vida

Descansar, cerrar los ojos y mirar;
desde la oscuridad interior
mi vida resumida, que transcurre
rápidamente como una película.

Permanecer en la primera butaca
de la primera fila de mi conciencia;
mirar mi interior desde adentro.
Único espectador, ¡que privilegio!

Ser espectador, crítico y juez
del desarrollo de mi argumento;
de film del cincuentenario
conmemoración de mi nacimiento.

En resumen: muchos errores, pocos aciertos,
escasas ideas, demasiados silencios;
imágenes lentas, estáticas, sin tiempos,
y un director mediocre, a nivel del argumento.

Poco rescatable, quizás solo el comienzo
que fue diluyéndose en el transcurso del tiempo;
en la monotonía de textos re manidos, sin brillos,
y en la uniformidad de colores, negro desteñido.

La zaga es larga y ya va por el enésimo;
a cada una le llegó su preestreno,
nada ha cambiado desde entonces,
mismo director, mismo argumento.

sábado, 27 de diciembre de 2008

Pensamientos negros en una noche negra

De tanto vivir por los demás
olvidé de mi vida,
y hoy que la recuerdo,
no sé que es lo que quiero.
Tampoco sabría para que.

En la cima de mis años,
cuando el alma se duerme
ya no hay retroceso;
de los tiempos
ni de los deseos

Solo el tiempo
existe por la inercia,
de esta vida que sigue;
determinante,
inexorable.

Nada es más de lo que es,
ni más ni menos.
Me olvidé de vivir
y se pasó el tiempo,
además, ya no quiero.

Fui todo; soy nada

Fui alfarero de casas ajenas en paja y cieno;
de las cunas de otros niños fui carpintero;
de amores que colapsaban un paciente consejero.
Pero mi mundo vacío no recibió nada de ellos.

Fui de las golondrinas el verano eterno,
de la madera mojada el mejor de los fuegos,
del amigo extraviado y enfermo su remedio.
Pero en mi soledad me está matando el miedo.

Fui padre en plenitud con mis errores y aciertos,
con mis ejemplos de vida pero verdades no tengo.
Sostuve mi cielo con tres pilares, uno se fue cayendo
asfixiado, contaminado, porque cedió mi suelo.

Fui amigo, esposo, amante y ermitaño por derecho;
rescato un par de virtudes que aprendí de mis viejos,
a dar amor y abrazos como ellos no me dieron.
Pero detrás de las puertas solo me esperan silencios.

Fui co-escritor de libros de vidas que míos no fueron,
abnegado y ejemplar artífice de manuales y libretos,
de epílogos y prefacios de conductas en compendios
y por quedarme vacío mi libro escribir no puedo.

martes, 23 de diciembre de 2008

Pero esta noche no habrá nadie

El vino mueve
la lengua de mi nostalgia;
de los días felices y no tantos
y emborracho el alma
para no beber solo,
el vino agrio del recuerdo.

Hoy es noche de brindis
como tantas otras;
pero no hay copas,
sólo mi vino solo
en un vaso medio vacío
teñido de tantos vinos.

Ese vino, vicio de los pobres,
el que entierra las noches de fatigas;
el que golpea la inocencia
cuando se mezcla con la sangre.
Y humilla a la cordura.
Y mutila al amor.

Yo no vengo del vino;
pero hubo tantos vinos,
que en mi sangre hay
un rencor hiriendo las vides;
que sangran de vergüenza
por sus injustas heridas.

Pero hubo tantos vinos;
que el temor de mi brindis
no termine en el último trago;
y el alcohol emborrachado
que espera obnubilado,
se apodere de mi sangre.

Por eso hoy brindo;
con sólo mi vaso solo
teñido de tantos vinos,
que marearon mi inocencia,
y el ahogado llanto de mi madre.
Pero esta noche no habrá nadie.

viernes, 12 de diciembre de 2008

Últimamente ando

Últimamente ando vagando la noche sin sentido;
sacudiendo telarañas, confundido en caminos,
tejidos, destejidos, en viajes sin orillos;
sin encontrar el carril que modifique mi destino.

Últimamente vago entre los muertos vivos;
empeñado en resurgir en bocanadas de alivios,
en la sangre que coagule en manantiales tibios;
la blasfema de esta vida perjurada en vacíos.

Últimamente vivo apestando a martirios;
en espectrales sueños colgado de un postigo,
que se cierne pesadamente al menor suspiro,
atravesando mis alas contra un mortal delirio.

Últimamente respiro en los pulmones un ruego;
mutar mi vida y entrar al sol sin quemar mis huesos;
salir de este sarcófago de siglos transcurridos,
corriendo tras la sangre de tantos muertos vivos.

lunes, 8 de diciembre de 2008

Sobre mis pasos

Voy transcurriendo por atajos del camino
con la urgencia de vida de andar tranquilo.
Llevo en mi mochila la nostalgia definida
y un pañuelo de adiós, que besó en mi partida.

Busco las huellas de otrora, dejadas por mi vida,
enterradas en tiempos de claridad oscurecida,
por no saber reconocerme, por no poder descubrir,
en mi libro de genes la razón de mi existir.

¿Podrán mis pasos calzar en la misma horma?
Difícil disyuntiva que afronta mi estrategia,
planificada en sombras, a espaldas de mi conciencia.

Prerrogativa exclusiva como urgente premisa;
sucumbir los portales que transportan mi historia;
obstruir con realismo los poros de la memoria.

La araña y el hombre

La araña teje la urdimbre
de su tela entre los árboles;
el viento con ella no puede,
sólo la rompe el hombre.

En el telar de la vida
el hombre teje su tela;
el tiempo no puede romperla,
sólo sus propias miserias.

La tela soporta el peso
de la araña que la teje;
la tela que teje el hombre
no soporta ni su ego.

La araña teje su red para
alimentar su vida;
el hombre la construye
sólo por rapiña.

La paciencia de la araña;
su tesón y sus valores;
por tejer una y mil veces
la tela que el hombre rompe.

El hombre con sus miserias
destruye y nada repone;
y no aprende de la araña
a mantener sus valores.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

El tiempo no mata los sueños

Como la niebla ante los rayos del sol;
a orillas del camino se diluyen los sueños,
aquellos que forjamos tantas noches
cuando pensamos, que de la vida éramos dueños.

Somos la piel del tiempo, su vida;
conteniendo su transcurrir etéreo,
y en la actitud de vida que elijamos
permanecerá unido a nuestro cuerpo.

Determinamos su existir tangible,
en cada vida y sus intentos,
en largas noches de vigilias,
o en distancias eternas de sueños.

Que nada transcurre sin nuestro deseo,
ni siquiera el tiempo es dueño de su tiempo;
consumimos la esperanza en carne viva
o la llevamos con nosotros todo el tiempo.

El tiempo no tiraniza mis sueños.
El tiempo es testigo resignado,
de lo que no supe hacer en su momento;
en su etérea existencia, y a su debido tiempo.

martes, 25 de noviembre de 2008

El baño con música

Esta es la historia de Casimiro:
paisano extraño por respetuoso,
que un día en travesía por la capital
sintió la terrible urgencia de evacuar;
y en un baño público fue a parar.

Entrando luego de la amansada
y larga espera para evacuar,
un cartel en la puerta lo sorprendió;
alegando este que en ese recinto
con música era la cosa, ¡que lo parió!.

Acomodado en el aposento
papel en mano se relajó,
sintió un creciente murmullo
como estampida en sus intestinos;
pero algo insólito sucedió.

Una bella música llenó el water closet
y como hombre de respeto se levantó;
y la estampida sobre sus piernas
en caliente catarata se vertió.
La música que allí escuchaba
era el himno nacional, ¡que lo parió!.

¡Vaya con estas modernidades¡
Casimiro se complicó;
todo por ser respetuoso
¡La pucha madre que lo parió¡

lunes, 17 de noviembre de 2008

La verdadera historia de Bragueta veloz ( Un poco de humor)

Bragueta veloz era su mote,
ganado en lides de toda monta,
por mérito y esfuerzo
y hasta en alguna derrota.

El terror de los maridos;
que en viajes, encontrados,
dejaban a su merced
sus esposas en sus ranchos.

Su táctica era muy sencilla.
Entrarse por las ventanas
con su bragueta corrida,
y ante tremenda vista
ellas caer seducidas.

Fueron muchas sus andanzas;
hasta que cierto día
un marido sin aviso
regresó de su salida.

Bragueta veloz, en plena
faena se encontraba,
cuando sintió un talerazo
sobre el lomo de su guasca.

Bramido fuerte de aquel cristiano;
que vio como se envolvía,
de morado aquel morocho
que tantas travesuras hacía.

Desde entonces en el pago,
no se volvió a ver al paisano;
Bragueta veloz era su mote,
tan veloz como su caballo.

miércoles, 15 de octubre de 2008

¿A donde van los valores humanos cuando mueren?

¿A dónde van los valores humanos cuando mueren?
Cuando lo anormal se vuelve normal y un modo de vida, la decadencia humana está en pleno apogeo y los detractores del orden y la cultura sonríen triunfalistas ante la degradación del hombre. Es muy triste.
Mi país está en permanente degradación cultural, los grandes formadores de ignorancia y de mentes vacías están logrando su objetivo y siento pena, demasiada, y no puedo hacer nada más que esto, volcar mi pensamiento, impotente y estéril.

martes, 23 de septiembre de 2008

Ejemplos de vida (puaj)

La realidad indica que los padres transcurrimos esta vida tratando de ser buenos ejemplos para nuestros hijos. Las razones pueden ser muchas, con tendencias positivas o negativas o ambas, según la experiencia personalmente vivida.
El que tuvo una vida sacrificada, llena de carencias afectivas y/o materiales, tendrá una posición consejera bastante dramática y extrema como “ mis vida no fue fácil, por eso deseo que uds. no pasen por lo mismo que yo” y pretende demostrar siempre con su ejemplo de persona mártir; en cambio, el del otro extremo, el que consiguió una posición en este mundo con mucho esfuerzo, su intención será que el que siga su camino esté bastante estimulado con “esto que ves, me costó conseguirlo, mucho sacrificio y esfuerzo para llegar a donde estamos hoy y que a vos no te falte nada”, ejemplo que acompaña con ademanes elocuentes, señalando el DVD y la colección de videos originales de Harry Potter y los correspondientes libros a cada uno de sus capítulos.
Está también el altruista generacional, el que cree que todo lo que el es, necesariamente debe ser transmitido por “continuidad” y no por convicción/vocación por los candidatos a seguirlo, ej. “ pá, a mi me gusta el fulbo, no quiero se dotor”, respuesta ofensiva hasta la médula, que provoca una violencia interna que estimula a la decapitación instantánea con un bisturí nº 3 mellado y oxidado (por las dudas).
Está también el que se vuelve pegajoso abrazando y besando a sus hijos…”ojala mis padres me hubiesen demostrado la milésima parte de afecto que yo les demuestro a uds”. La madre protectora que pretende que su hija, fanática de Piti y Los intoxicados, regrese a su casa sin un mínimo grado de alcohol o de otra sustancia prohibida en su sangre.
Los padres que asistieron al colegio de la Inmaculada Concepción de los 365 Apóstoles y sus Ángeles Celestiales Reprimidos del Gozo Terrenal, y que mediante amenazas del castigo del pecado capital y sus consecuencias extra terrenales, hayan tenido un promedio de 10 puntos en sus notas - incluidos sumisión religiosa- pretendan que sus hijos que tienen un coeficiente intelectual -100 figuren en el cuadro de honor del colegio y que no solo vayan a calentar bancos o a masturbarse en los baños luego de ver babosos a sus compañeritas en cortas polleritas a cuadros y cruzadas de piernas (contradicción de estos colegios). Reprime y tendrás hijos transgresores.
Están los padres “justos”, que creen que sus hijos están perfectamente maduros y “entrenados” para tomar sus propias decisiones en base a la buena educación moral y religiosa y a una familia bien constituida donde fueron protegidos de las agresiones sociales y sus desviaciones y que terminan embarazándose a la salida de un baile de cuarteto por el tipo que tuvo la suerte de levantarle una calentura de aquellas.
Hay muchas razones mas que nosotros los padres creemos, auto convencidos, seguramente de buena fe, que debemos transmitir a nuestros hijos, algunas serán de verdad acertadas, otras quizás suenen fuera de época o retrógradas, lo que si es seguro que cada hijo toma de la vida lo que considera a su entender útil y si existe una presión-imposición tarde o temprano se rebela contra ella. Esta es la realidad, no siempre nuestras experiencias serán las mejores o las peores, solo serán nuestras, nuestros hijos, más allá de nuestras buenas intenciones harán tarde o temprano lo que les cante y seguramente se equivocarán y acertarán, y con el tiempo serán padres que repetirán nuestras intenciones, tratar que nuestros hijos tomen nuestras experiencias como las más acertadas. Y ahora me retiro, voy a controlar a mi hija que se quedó a solas con el novio en su habitación, espero que me haya escuchado cuando le dije que no lo haga sin condón porque cuando éramos novios con su madre, no tomamos esa precaución.

domingo, 14 de septiembre de 2008

Nada de nada

Alguna vez fui, a veces soy, muchas veces a pesar de parecer no soy ni un poquito y conste que quiero ser pero no puedo, no me dejo, me lo impido, me pregunto y me re pregunto…¿Para que?...y vuelvo a ser nada, a parecer nadie, a esconderme en el silencio del desconocido viajero ermitaño espacial vagabundo de la nada, pregonando nada y enseñando nada. Y a pesar de todo sigo esperando que alguien me diga que entiende esta nada llena de nada, inexplicable y que se confunde con abandono de personas, con abandono de amigas y cariños, con abandono de esa necesidad de forjar nuevos recuerdos, futuros antecedentes de nuevos diálogos que alguien quizás quiera oír, alguien se interese compartir conmigo. Hoy no hay nada que contar más que lejanos recuerdos que parecen ser lo único para rescatar de mi existencia y eso me preocupa aunque parezca que no, aunque es mi estado de nada el que se demuestra, el que parece la pantalla de mi vida profunda ¿Es tan difícil entender esto?...¿es tan difícil comprender que cuando no hay nada, nada se puede demostrar?... ¿es tan difícil entender que el silencio no siempre dice nada?...que puede haber algo que no se puede decir porque no hay manera de hacerlo, como querer ejemplificar el rostro del aire que sabemos que está pero de manera incorpórea, pero a pesar que no se ve, es necesario. Soy como ese aire, incorpóreo, intangible, solo demostrable en la llama de una vela, pero yo no puedo demostrarme como quieren que lo haga. Y eso me confunde, me vuelve más huraño, más silencioso, más invisible. Y eso les asusta, no comprenden ¿Es tan difícil?

domingo, 31 de agosto de 2008

Inocencia y culpa.


El sol calcinaba la siesta santiagueña, nadie sabe exactamente por que un santiagueño duerme siempre siesta, la ignorancia mueve las lenguas de los que hablan por hablar. Tomé mi gomera (así se llama en Santa Fe a la honda ciudadana), salí por enésima vez del inmenso patio de tierra de la casa de mis abuelos, rumbo al montecito cercano (en realidad en ese pueblito santiagueño casi todo era monte) dispuesto a seguir aumentando mi autoestima de niño con mucha puntería para matar pajaritos. De pronto se presentó la primera posible víctima, un chingolo, pajarito parecido a un gorrión con un canto muy armonioso y dulce, que saltaba (se mueve dando saltitos) de rama en rama sobre un espinillo, árbol muy común en la geografía santiagueña.
Preparé mi gomera, la “cargué” con mis bolitas de barro, (estas se hacían con tierra colorada y agua, se amasaba, se formaban tiritas, se las cortaba del tamaño deseado y poniendo un trozo entre ambas palmas de las manos, se les daba forma de esferas en movimientos circulares y se las deja secando al sol) de las cuales contaba con una gran provisión en mis reventados bolsillos. Sigilosamente esperé que el pajarito se colocara en una posición óptima para un certero disparo, y cuando eso sucedió procedí a ejecución, con el resultado que esperaba. El certero impacto derribó al pajarito en cuestión, que cayendo por entre las ramas del árbol, terminó en aleteos sobre el seco pasto del monte.
Acá cambió la historia, acá ocurrió un clic interior que modificó mi conducta de “niño asesino de pájaros”.
Al ver el esfuerzo que hacía el ave por levantarse, una gran pena interior se apoderó de mi, un terrible sentimiento de culpas (tenía apenas 11 años, de aquella época, año `68, diferentes a los 11 años de los niños de ahora), tomé el pajarito entre mis manos, intenté de todas maneras que no se muriera, pidiéndole que no lo haga, dándole la ternura en caricias sobre sus plumas, aplicando la inocente creencia que si le soplábamos “el culito” a un pajarito, este no se moría.
Nada funcionó, el chingolo se murió.
Lo tomé suavemente, caminé casi con lágrimas hasta un espacio abierto cerca de otros árboles, cavé un pequeño pozo en la tierra y lo sepulté.
A partir de ese día, nunca más maté pajaritos y la gomera solo sirvió para competencias con mi hermano mayor, de tumbar latas con bolillas de paraíso en el patio de tierra de casa.

Vivir como en un embudo, llenando una botella sin fondo. ¿Alguien entenderá?

DIA 1: Lunes,5:50 AM, el despertador me silva distante al oído, estiro mi mano en la oscuridad intentando acallar su voz de pito, me levanto, me visto, doy de comer a las gatas, coloco el jarro enlozado con leche hasta la mitad (la medida justa de mi taza, para no tirar nada), trato de encender la hornalla con el encendedor a gas que no funciona y que cada vez que tomo me digo a mi mismo “tengo que cambiarlo”, enciendo la primer hornalla izquierda inferior de la cocina, la pongo en mínimo (que me de tiempo de ir al baño y volver sin que se derrame), voy al baño, me lavo las manos, vuelvo a la cocina, la leche aún no está lista, agrego media cucharadita de café instantáneo y un chorrito de edulcorante (¿?) en la taza de cerámica con dibujitos y mientras termina de calentarse la leche, abro la heladera y retiro la mermelada de turno y las galletas que generalmente quedan en la mesada del día anterior, vuelco la leche en la taza, coloco el jarro enlozado debajo del chorro de agua para que lo vaya limpiando y no se pegue la nata, preparo galletas con mermelada y consumo en poco tiempo el breve desayuno. Lavo primero la taza, luego la cucharita tramontina y por último el jarro enlozado (si lo lavo primero se ensucia el detergente con nata), coloco los elementos en el secador sobre la bacha izquierda, boca abajo para que escurra mejor, guardo la mermelada en la heladera y las galletas siguen quedando en la mesada (hasta que se terminen, o no). Tomo los elementos necesarios para comenzar mi día extra-domicilio, documentos, celular (no se para que, nadie llama), llaves varias, apago luces a medida que cambio de ambientes, bajo las escaleras, retiro las trabas de la puerta de abajo, abro la cerradura, cierro de afuera idem, abro el portón de reja, cierro ídem, abro la puerta del auto, subo al auto, destrabo el volante del auto, enciendo el auto, arranco el auto, recorro las mismas calles evitando la mayor cantidad de semáforos posibles, llego a mi trabajo, estaciono el auto, coloco la traba del volante, salgo y cierro el auto, ingreso a mi trabajo, marco la tarjeta 10 minutos antes, me preparo para trabajar. Transcurro 8 hs 48 minutos de lunes a viernes, al terminar mi horario, marco tarjeta, salgo, abro la puerta del auto, cierro la puerta, destrabo el volante, arranco, recorrido, casa, estaciono, trabo el volante, abro y cierro la puerta del auto, abro y cierro portón de reja, puertas de escaleras, saludo a mis hijas (por supuesto cuando están), devuelvo a sus respetivos lugares las cosas que retiré a la mañana temprano para ir al trabajo, estoy un rato con mis hijas, demasiado poco, necesito dormir una hora para ir descansado a mi trabajo nocturno, me despierto o me despiertan, aplico la rutina mañanera exactamente igual pero en horarios vespertinos, (por supuesto que hay una ducha de por medio) permanezco 6 horas vegetando en mi otro trabajo, consumiendo tiempo en nada ( excepto por la luz que me distrae media hora casi todos los días), hasta mi regreso a casa cerca de la una de la mañana del otro día, y por supuesto, llegar y acostarme para llegar algo descansadito a mi trabajo de la mañana…

DIA 2: Martes, 5:50 AM, el despertador me silva distante al oído, estiro mi mano en la oscuridad intentando acallar su voz de pito, me levanto, me visto, doy de comer a las gatas, coloco el jarro enlozado con leche hasta la mitad (la medida justa de mi taza, para no tirar nada), trato de encender la hornalla con el encendedor a gas que no funciona y que cada vez que tomo me digo a mi mismo “tengo que cambiarlo”, enciendo la primer hornalla izquierda inferior de la cocina…

DIA 3: Miércoles, 5:50 AM, el despertador me silva distante al oído, estiro mi mano en la oscuridad…

DIA 4: Jueves, 5:50 AM,…

DIA 5:…