domingo, 31 de agosto de 2008

Vivir como en un embudo, llenando una botella sin fondo. ¿Alguien entenderá?

DIA 1: Lunes,5:50 AM, el despertador me silva distante al oído, estiro mi mano en la oscuridad intentando acallar su voz de pito, me levanto, me visto, doy de comer a las gatas, coloco el jarro enlozado con leche hasta la mitad (la medida justa de mi taza, para no tirar nada), trato de encender la hornalla con el encendedor a gas que no funciona y que cada vez que tomo me digo a mi mismo “tengo que cambiarlo”, enciendo la primer hornalla izquierda inferior de la cocina, la pongo en mínimo (que me de tiempo de ir al baño y volver sin que se derrame), voy al baño, me lavo las manos, vuelvo a la cocina, la leche aún no está lista, agrego media cucharadita de café instantáneo y un chorrito de edulcorante (¿?) en la taza de cerámica con dibujitos y mientras termina de calentarse la leche, abro la heladera y retiro la mermelada de turno y las galletas que generalmente quedan en la mesada del día anterior, vuelco la leche en la taza, coloco el jarro enlozado debajo del chorro de agua para que lo vaya limpiando y no se pegue la nata, preparo galletas con mermelada y consumo en poco tiempo el breve desayuno. Lavo primero la taza, luego la cucharita tramontina y por último el jarro enlozado (si lo lavo primero se ensucia el detergente con nata), coloco los elementos en el secador sobre la bacha izquierda, boca abajo para que escurra mejor, guardo la mermelada en la heladera y las galletas siguen quedando en la mesada (hasta que se terminen, o no). Tomo los elementos necesarios para comenzar mi día extra-domicilio, documentos, celular (no se para que, nadie llama), llaves varias, apago luces a medida que cambio de ambientes, bajo las escaleras, retiro las trabas de la puerta de abajo, abro la cerradura, cierro de afuera idem, abro el portón de reja, cierro ídem, abro la puerta del auto, subo al auto, destrabo el volante del auto, enciendo el auto, arranco el auto, recorro las mismas calles evitando la mayor cantidad de semáforos posibles, llego a mi trabajo, estaciono el auto, coloco la traba del volante, salgo y cierro el auto, ingreso a mi trabajo, marco la tarjeta 10 minutos antes, me preparo para trabajar. Transcurro 8 hs 48 minutos de lunes a viernes, al terminar mi horario, marco tarjeta, salgo, abro la puerta del auto, cierro la puerta, destrabo el volante, arranco, recorrido, casa, estaciono, trabo el volante, abro y cierro la puerta del auto, abro y cierro portón de reja, puertas de escaleras, saludo a mis hijas (por supuesto cuando están), devuelvo a sus respetivos lugares las cosas que retiré a la mañana temprano para ir al trabajo, estoy un rato con mis hijas, demasiado poco, necesito dormir una hora para ir descansado a mi trabajo nocturno, me despierto o me despiertan, aplico la rutina mañanera exactamente igual pero en horarios vespertinos, (por supuesto que hay una ducha de por medio) permanezco 6 horas vegetando en mi otro trabajo, consumiendo tiempo en nada ( excepto por la luz que me distrae media hora casi todos los días), hasta mi regreso a casa cerca de la una de la mañana del otro día, y por supuesto, llegar y acostarme para llegar algo descansadito a mi trabajo de la mañana…

DIA 2: Martes, 5:50 AM, el despertador me silva distante al oído, estiro mi mano en la oscuridad intentando acallar su voz de pito, me levanto, me visto, doy de comer a las gatas, coloco el jarro enlozado con leche hasta la mitad (la medida justa de mi taza, para no tirar nada), trato de encender la hornalla con el encendedor a gas que no funciona y que cada vez que tomo me digo a mi mismo “tengo que cambiarlo”, enciendo la primer hornalla izquierda inferior de la cocina…

DIA 3: Miércoles, 5:50 AM, el despertador me silva distante al oído, estiro mi mano en la oscuridad…

DIA 4: Jueves, 5:50 AM,…

DIA 5:…

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