martes, 30 de diciembre de 2008

El dueño de las mentiras

¡Ahí va, mírenlo al execrable!
Al dueño de la prepotencia,
el usurpador de sueños
de tantos como yo cobardes.

Ostentando su poder,
protegido por las leyes
y por el silencio de pobres
sin fuerzas por defenderse.

Ahí va, tan orondo en su follaje
de impunidad consentida,
por testaferros comprados
en tiendas de politiquería.

Mira desde su soberbia
la rabia de una masa retraída,
por el temor de quedarse
sin trabajo y sin comida.

Y prolifera su dote
con la miseria afligida,
repartiendo solo crisis
no ganancias obtenidas.

¡Ahí va, con su altanería!;
el execrable, abominable,
artero y manipulador.
¡Ahí va el empresario!
El dueño de las mentiras.

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