domingo, 18 de enero de 2009

Argentinos hasta la muerte (tonta muerte)

Argentina por naturaleza y por historia se caracteriza por ser un pueblo incomprensible; genocida de su historia, de su presente y de su posible futuro. Quizás estas mis palabras sean incomprensibles para aquellos que no conozcan su historia (Argentina) y hasta para algunos de nosotros.

Mi cuna fue un vagón
y rieles mis recorridos;
mi primer juguete un tren
madera de paraíso.

Por los rieles de mi patio
tallados en piso de tierra;
un guarda cambios de vías
señalaba mi inocencia.

Hijo de ferroviario
nieto, primo y sobrino,
ferroviario eran mis sueños
y los rieles mi camino.

Hasta que un día…

Década del noventa;
mesías de barro autodefinido,
visionario como nadie
con sillón de lata incluido.

Autoproclamado renovador
con ideas de primer mundo,
cercenó nuestra historia
prepotente furibundo.

Cortó las venas al pueblo,
desangró arterias en ríos,
extirpó en cruda barbarie
las vías con sus delirios.

Murieron en el olvido
los pueblos y sus vecinos,
nadie supo más de ellos
pasajeros sin destinos.

Hoy apenas quedan trenes,
privilegios capitalinos;
donde gestaron su muerte
los villanos libertinos.

La historia vuelve a repetirse,
artífices de nuestros destinos,
sin memoria, sin una nación,
seguimos siendo argentinos.

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