domingo, 28 de junio de 2009

Pájaros en concierto

A veces soy sombra reptando paredes,
acertijos de vida sin respuestas
que trepan mis axones y se implantan
en el lóbulo central de mi esquizofrenia.

Amarronado y vetusto mucílago,
sabor acre de sangre derramada
en vanos de puertas que cerraron
sus postigos de odios en mi cara.

Pero respiro aún con el aire muerto,
y camino erguido a pecho descubierto
entre mausoleos de rostros extraños,
testigos callados de mis desconciertos.

Y mis desvarìos, los que no pudieron
callar con el certero golpe de un chaleco,
que encarcela mis músculos y tendones
pero deja libre mis pájaros en concierto.

Y vuelvo sombra aferrando muérdagos,
sucumbo silencioso sin remedio,
mientras la calma reina en el suplicio
la procesión delirante va por dentro.

Te agradezco padre

No te culpo padre;
yo también he visto morir lunas ensangrentadas,
abiertas en heridas
de madre e hijas dolidos por la huida
cuando las angustias eran continuas caricias.

Y nunca supe si te amé o apenas eras mi padre,
sólo sé que tu dolor en el alma
era más débil que la furia
de tu sangre contaminada
que vencìa todas las batallas.

Y fuiste ausencia tantas veces
que ni recuerdo haber estado en tus abrazos;
pero no te culpo padre
tu cuerpo el castigo más terrible abrazaba
eras carne débil y mente ultrajada.

Tampoco te odio, no cabe en mi alma,
solamente que en tu ausencia
siento que no he aprendido nada,
que los golpes de mi vida
no sivieron para encontrarla.

Y vuelvo la mirada
hasta apenas tres veces nueve lunas
y veo un reguero de estrellas alejándose,
un camino incierto y lúgubre
y esta mísera vida que se acaba.

Pero no te culpo padre,
a pesar de todo te agradezco que me amaras,
a tu manera, en tu triste soledad y sin palabras,
con tu mirada de bondad encarcelada
y tus silencios que no decían nada.

domingo, 14 de junio de 2009

Cada vez que muero

Caer de nuevo
preanunciando un cielo invertido,
abajo de todas las piedras
allí donde radica el miedo,
acaso el muzgo infinito y oloroso
de ese cielo que ansío pero temo.

Salir es la mala costumbre
que se vuelve tediosa cada vez que muero,
cuando falseo los papeles de un infierno
del que quiero huir y ser eterno,
abrazarme a este cuerpo
que se resiste a ser viejo.

Ser arrugada piel de cementerio
pergamino de historias
que morirán sin recuerdos,
sin dejar su adn tallado en troncos
o un corazón que no vivió su tiempo
porque hace siglos que está muerto.

Arriba la podredumbre
abajo lo mismo y cieno,
en el medio como junta de cemento
este vestigio que dejó de ser cierto
y volvióse tierra de abonos
para futuros destierros.

miércoles, 3 de junio de 2009

Perdón por ser humano

Pido perdón:
por ser humano,
por agregarle una mancha más a mi raza
perfectamente imperfecta,
por errar mi camino,
por querer ser lo que no soy
un perfecto imbécil humano,
uno de los tantos que alguna vez
arrojó la primera piedra
y que hoy debe recibirla en escarmiento
por los errores cometidos.



Pido por favor:
que alguien me castigue
que arroje su primera piedra
como alguna vez lo hice yo
cuando equivocadamente me creí infalible
y quise ser ejemplo de nada
para nadie,
más que para mi propia vanidad mezquina
insulsa y sin méritos que sumen,
sólo estrellas para mi firmamento de papel
sin brillo y sin sustento.



Ofrezco explícitamente el perdón
para quienes me juzguen por mis errores
y por mis no errores
que alguna vez cometí pero que me endilgan en pack
no seleccionables y decartables;
un producto Madein-chi-taiw-jap-eeuu
recambiable,
ya demostraron mi culpa
no me maten;
no sigan tirando piedras
al fin y al cabo soy humano
imperfectamente perfecto
hasta quizás modificable.



Muerto no sirvo para nadie
ni siquiera para las vanidades
de una firma vacía,
de un anónimo poeta y sus verdades,
de un reconocido trashumante
en huellas que no llevan a ninguna parte
más que a la tibia y vana manifestación
de suceder en el tiempo,
de marcar espacios en el aire,
etéreos como la vida
insignificante como un átomo
de una estrella de diez mil años muerta;
soy humano y pido perdón
pertenezco a esta raza y me hago cargo.