domingo, 28 de junio de 2009

Te agradezco padre

No te culpo padre;
yo también he visto morir lunas ensangrentadas,
abiertas en heridas
de madre e hijas dolidos por la huida
cuando las angustias eran continuas caricias.

Y nunca supe si te amé o apenas eras mi padre,
sólo sé que tu dolor en el alma
era más débil que la furia
de tu sangre contaminada
que vencìa todas las batallas.

Y fuiste ausencia tantas veces
que ni recuerdo haber estado en tus abrazos;
pero no te culpo padre
tu cuerpo el castigo más terrible abrazaba
eras carne débil y mente ultrajada.

Tampoco te odio, no cabe en mi alma,
solamente que en tu ausencia
siento que no he aprendido nada,
que los golpes de mi vida
no sivieron para encontrarla.

Y vuelvo la mirada
hasta apenas tres veces nueve lunas
y veo un reguero de estrellas alejándose,
un camino incierto y lúgubre
y esta mísera vida que se acaba.

Pero no te culpo padre,
a pesar de todo te agradezco que me amaras,
a tu manera, en tu triste soledad y sin palabras,
con tu mirada de bondad encarcelada
y tus silencios que no decían nada.

No hay comentarios: