viernes, 20 de noviembre de 2009

Puede que sea

El palpable espacio de la ausencia
arremolina tempestades inclementes.
La calvicie de los años peina canas
de tan inciertas pesadillas;
mientras tanto, la arrugada frente
encausa ríos de malas costumbres
hasta las sienes que envejecen.

Te vi. Ya no te escondas vida.
Pareces un lirón durmiendo la siesta
debajo de una escafandra de hiedra.

Oye la voz que golpea tus estribos,
de oído a oído atravesando médulas ¡Óyela!
distingue sus campanas tras tu sordera,
repulga tus orejas de cera,
haz concilio de paz con tus pupilas,
libera tus auroras corrompidas
de inmaculada abulia.

Puede que sea tu última aurora.

6 comentarios:

La abuela frescotona dijo...

para mi humilde sentir, es un poema oscuro, anunciador de posibles tragedias del desamor,un abrazo amigo mio

Daniel dijo...

No mi querida amiga; es una fugaz visión de mi vida escondida. Sólo eso.
Gracias por tu presencia querida abuela.

Un abrazo.

LEON PLATA dijo...

La ausencia suele estar tan presente, tan cómodamente abultada en los muebles, en los armarios, en las habitaciones, que resulta al menos denostable, el hecho que los fantasmas hoy en día pesen más que la conciencia humana...

Respetado Daniel, ya quisiera yo tomar un taller literario con vos.

Otro abrazo.

Daniel dijo...

Los fantasmas se sientan a nuestra mesa a compartir sus propios fantasmas.

Muchas gracias nuevamente y certifico tu abrazo con otro propio.

Soledad Arrieta dijo...

Daniel, tus poemas brillan en cualquier lugar, es hermoso todo esto, encontrarme tus versos en muchos más sitios y poder disfrutarlos como lo hice hasta hoy en Sentidos.
Cariños!

Daniel dijo...

Encontrarte en todos mis cielos también es iluminar mi poesía.
Gracias bello Sol por hacerlo.

MI cariño.