sábado, 13 de febrero de 2010

La inutilidad de tu mezquino y abstracto yo

Soy el silencio,
el que deja de hablar para escribirte,
balbucear incoherencias desde un púlpito necio,
desde el cerrojo imbécil de tu lengua
que se niega, se retrae impunemente
hasta ser descifrado por un word
y sus malditas correcciones.

Un error haciendo catarsis,
magullando con dientes la piedra,
el basamento de tu yo inútil y abstracto.

Se corta el talón de Aquiles de tus miserias,
cae arrumbado entre los pies,
los crudos y desnudos pies de un gigante,
el que observa abstraído por mi risa,
la risa incomprensible de tu miedo.

Soy la honda certera de la palabra,
el proyectil disparado desde adentro
¡No huyas cobarde!

Abre el flujo de la sangre,
corroe el senil abandono estéril a los fracasos;
el estúpido amor altera tu libre albedrío
pero no lo mata.

6 comentarios:

LEON PLATA dijo...

"...un word y sus malditas correcciones." Excelente Daniel, como siempre.

Chiqui Abreu dijo...

Cuánta fuerza, mi Dann, un grito desde adentro, la autocrítica que aflora en el cada vez menos silencioso espacio.
Besos, te quiero mucho!
Chiqui.-

Daniel dijo...

Gracias amigo Leon, mi abrazo para vos.

Daniel dijo...

Así es mi Chiqui, siguen aflorando miserias.
Gracias por tus palabras.

Mi cariño hasta vos.
Besos.

Dann

MTeresa dijo...

Un poema realista
envuelto en metáforas,
hay que apartar las capas
envolventes para descubrir
la sutil belleza.

Daniel dijo...

¿Habrá alguna belleza debajo de tantas capas?

Gracias MTeresa. Saludos.