viernes, 22 de abril de 2011

¿Y entonces?

Si escribo atrocidades
es porque he vivido atrocidades
si planto espinas en los ojos
es porque la flor de los años no aromó de esencias
la tierra de los ancestros.

Si rearmo mi horca cada vez
que un verso estigma mi anatomía
es porque nada se mueve fuera
de lo convencional de un suicidio
y digo suicidio como podría decir
escasez de sangre en los axones vida-deseo.

¿Y entonces?

Será mañana quizás
que deje de trazar rayitas en la celda
cronómetro inútil de un diario funerario.
He leído a Walt en sus hojas nefastas
y me atormentó la idea de no ser como él.
Alguien con voz y formas libres
tan libres como un suicidio.
Sí. Otra vez digo suicidio
como podría decir analfabeto
aunque Walt no lo era.
Era al fin un hombre como yo
o podría decir simplemente alguien.
Él no diría lo mismo de mí.
Y sinceramente, poco me importaría.
Uno, cien, mil;
sigo trazando rayitas en mi celda.