domingo, 23 de octubre de 2011

Sequía

No he caminado lo suficiente
es difícil pintar paisajes entre cuatro paredes
son siempre los mismos reflejos
las mismas formas clandestinas
que la ignorancia visual lo determina.
Hoy he vuelto a pintar los mismos versos
y sus manchas de humedad
sus musgos verdes con formas extrañas
que de memoria desdibuja la memoria.
Otra sombra repetida ha huido esta tarde.
No quiso entrar en el paisaje.
Debo modificar la rutina
rotar la silla
colgarme del techo como murciélago
y pintar el calidoscopio de mosaicos etruscos.
Puede que la sangre irrigue
la escasa temporalidad de ideas.

martes, 11 de octubre de 2011

Dulcemente cruel

Las voces de los muertos
arañan el retablo;
peregrinan en las bocas de los sauces
que lloran eléctricas melenas.
No fui el que te nombró en la tormenta
o sobre los rieles cuando caía
ni siquiera fui la mosca sobre tu pestaña:
molesta, cargosa, grosera;
hurgando en tu miseria,
lamiendo el mosto de tus huesos.
Pero había cierta actitud tétrica
cuando abrazaba tu guadaña
y su filo acariciaba mis ojos.
Enervante placer puliendo mis dientes;
sarcástico aplauso de mis rodillas temblorosas
a vistas de tu esencia dulcemente cruel.

sábado, 8 de octubre de 2011

Innecesaria prórroga de un suicidio

He mentido tres veces;
tres veces he perdido la palabra;
tres veces escupí cielo arriba;
otras tantas, el baño ácido lamió mi rostro,
pulió su rudeza de cobarde
y moldeó una mueca parecida a un llanto.

/Tierra, saliva, ojera de barro: cobardía/

He mordido el polvo,
rasgado la rama verde en la aridez de la caída,
pero no pude verte detrás de mi ceguera:
acurrucada de hambre,
tiritando de esperanza.
Abúlica mansedumbre escurridiza
que no ventila por sus pleuras
e irónicamente sonríe.

Cien veces he caído,
de ninguna me he puesto de pie;
con todas he tenido un hijo de piedra;
una por una he ido tropezando,
hasta me tragó la tierra.
Y sigo mintiendo, mintiéndome;
hastiado de las congestionadas vías
del tren al cadalso.
Ay mañana, mañana;
innecesaria prórroga de un suicidio.