jueves, 23 de agosto de 2012

Cuestión de tiempos

Crezco y subo a un infinito sin retorno
la llave de la fortuna extravió su clave
en los contornos de una aurora
y tuve la suerte de perderla
antes de sumarte como otro fracaso.
Lo malo siempre es malo, lo bueno suele ser
irremediablemente un doloroso final:
lo único previsible es lo imprevisible.
Por qué no evitar lo inevitable antes que sea siquiera una idea.
No sentir antes de tiempo sería la cuestión.

Pero el amor o el dolor suelen venir cuando no se los espera,
cuando alguna muralla se derrumba
y los custodios del silencio levantan sus voces
para llamar su atención.
Parece imposible entender lo abstracto de la vida
cuando sus acostumbradas formas
no salen de un básico modelo: híbrido por naturaleza,
transitorio por donde se lo mire.

/No pedirle peras al olmo./

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