jueves, 16 de abril de 2015

Más bien digo:

Ahora que esta rabia me crece
tanto como decrece mi cuerpo,
se apoltrona en mi vocabulario
un liviano viento de abandonos.
Ahora que me visto de caminos
tratando de pavimentar la analfabeta memoria
que alguna vez eduqué
con ternura de manos con pinceles en los dedos.
Ahora, podría decir, más bien digo:
el codo del olvido no logró borrar
la ignominia de un pasado
ni rasguñando la lapidaria piedra
que me sepultó vivo tres palmos bajo tierra.
junto a mi ignorancia de vivir
como la muerte manda.