sábado, 17 de marzo de 2012

Cuando los pájaros mienten con sus cantos

El cielo y sus pasarelas acatan el reglamento:
mostrarse inmune a los prejuicios,
a los desvalores de la vida
que confunden con sus cantos de sirenas.
Los pájaros se asfixian entre el hollín capitalista,
sus trinos armoniosos se tornan iracundos
ante las balas que arrojan las humanas miserias.
No quedan burbujas de oxígeno para aislarse del odio.

Dadme la llave que encarcele a los necios;
provocadme la rebeldía que nacionalice la vida
y la esclavice al amor con argumentos de paz;
no quiero desabrazar mi afligida utopía.

/saben de mí los cantos que asesiné
cuando la culpa era tan ajena a mi inocencia:
los enterraba en el descuido/

En el arbitrio vagabundo de una infantil valentía:
¿A dónde van los niños cuando mueren los pájaros,
qué nicho indiferente los acuna en sus penas?
A sus oníricas mentes de héroes de historietas:
¿Quién las libera del genético egoísmo
que les altera el orden y los vuelve miserables?

/como los pájaros que mienten con sus cantos/