miércoles, 24 de noviembre de 2010

Si tan sólo un golpe de albur

Si tan sólo un golpe de albur
lastimara los contornos de esta hoja,
y se hicieran pies las palabras en huída
y un verbo de fuego calcinara el puñal,
con el que destruyo el canto de una rima.

Si este payaso lamiera
sus chascos de insigne melancolía.
Si brotase de su caliza boca una risa;
se abriría el pentagrama que lastima,
la sordera inviolable de un anhelo.

Brotaría la inconclusa rebeldía de un lamento
hasta preñar la exacta dimensión de un verbo;
trasgredido, mutilado, exiliado de sentidos,
que pernocta bajo cien llaves de miedos.
Podría ser un nombre, un cuerpo refulgente,
una memoria renovada sin olvidos.

Si tan sólo abrieses tus reflejos,
y el canto deseado brotase de tus cuerdas;
embellecerías lo infértil
que limita desde siglos la inculta tierra,
el páramo reticulado de mis instintos.
Castrarías sin pensarlo,
los abrojos que sujetan estos años.

Blanca tersura, mandamiento de vida,
si tan sólo llegaras cuando aclare
la garganta muda del poeta
y estimules su clítoris con palabras.
Morirían en mis versos las angustias contenidas
y saldría a recibirte halagüeña esperanza,
con los dedos en v, en señal de bienvenida.

martes, 23 de noviembre de 2010

Cuando no quede basura sobre las calles

El hambre es sinuosa,
sacude las tripas
con sus quejidos,
con sus ácidos eructos.
Deglute saliva
sólo saliva.
Saliva.

El hambre tiene hambre;
no entiende de inflación,
pide aumento
resarcimiento,
un porcentaje de migajas,
menos hambres en las calles,
menos moscas
que inflen su hambre.

El hambre fue niño,
creció y creció
hasta volverse adulto,
creció
hasta volverse híbrido,
sin documento,
sólo un rostro esquelético.

El hambre habla para adentro,
infla barrigas
de aire,
más aire
y flota sobre
la ingenua mirada
de otras hambres
como ella.

¿Qué hará el hambre
cuando todas las hambres
se cansen y revienten
y salgan a matar
hambres con menos hambres,
con menos aire
con menos barriga
con menos desesperanza?

Ladrarán los perros
de las hambres
que no tienen hambre;
porque cuando el hambre se canse,
cuando el hambre atenace
las hambres de los que tienen hambre;
cogerán los cuchillos
afilarán sus gargantas
y saldrán a matar su hambre;
de venganza
de esperanza
de vergüenza.

Cuando no quede
basura para repartir
sobre las calles,
recién entonces
se habrá purificado el aire,
y el hambre…
habrá saciado su hambre.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Es hora de volver a casa

Cuántas madreselvas han tejido paredes
antes de volverse trepadoras;
cuántas muertes han renacido antes de caminar
sobre este inculto terreno cubierto de alimañas,
de cadáveres que han vivido absurdamente
su propia vida de irresoluta humanidad.

Es momento de voltear las sábanas,
de blanquear con el recuerdo
esta situación absurda de empañar los días;
de alterar el orden de las cosas
en un orden necesario y diferente;
recuperar el acento natural
que nos asombró luego del principio,
luego de las miradas concluyentes
que absorbieron nuestros ojos.

Solos, inmersos en obscenidades
descubiertas en la red de placares
donde habitamos indiferentes sin distinguir los ocasos.
Es tiempo de subyugar a la distancia
y abrazarla del mismo lado de la luz
y ser sombra y pared al mismo tiempo.

Es hora de volver a casa,
apagar la caja boba
y olvidar la vida que desalienta,
que alimenta este existir de superficies,
que rebalsa el vaso de abulia,
mientras afuera, todo continúa como si nada,
como si un viento venusino atropellara una nave de olvido
que intentó posarse desnuda.
¡Sí señor!
Es hora de volver a casa.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Inexistente

De nada sirvieron los recursos;
agotados los recuerdos
la mano sostiene
apenas una sombra marchita,
sin identidad.

Se esfumaron los aportes
y la caja negra
susurra un desacuerdo;

-no estoy de acuerdo
que alguien sepa
quien no fuiste,
demasiadas manos ausentes
abrazaron lo desconocido
de tu historia.
Si preguntas al ciervo
quién fuiste en vida
seguro dirá:
"un mal cazador,
ya me ves, sigo vivo
con mis cuernos intactos
y su pared sin trofeos".

Agotados los recursos
la mano extiende su sombra
y ambos desaparecen
sin identidades comprobables.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Lo siento señor

El niño
golpeó
la ventanilla
de mi coche
con gestos
de manos rudas

-le limpio los vidrios

su mirada
leyó mis ojos

-lo siento señor
no sé limpiar
conciencias

-eso dijo-

¿O fue mi vergüenza?

Infortunio

Se ha formado
un agujero negro
en el espacio
de mi cama

no quepo en él

continuaré
purgando
mi vida
a plena
luz del día.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Colage de inexperta necesidad mutante

Mis ojos se hundieron en los trazados de las manos;
un colage de atrocidades desdibujó el genocidio de las memorias,
cayendo los muros, desconcertados de aburrimiento.
A nadie importó la masacre de ideas universales,
que alimentó el ego del potencial suicida imberbe.
Era entonces la obnubilada timidez del alma,
la prosapia genética de un letargo a perpetuidad.

Fue entonces lo mismo que hoy, pero con menos tiempo,
menos manual de supervivencia en esta jungla;
nadie me advirtió que el mundo rota en sentido contrario
al deseo de un vuelo suave por la ancha avenida.
Un kamikase entre tantos voladores nocturnos
disparando saetas de ignorantes proclamas.

“Dame un abrazo de lianas, un ósculo de esparcimiento
que module el ímpetu de la sangre que despierta”.
Mi lema de abandono, de inexperta necesidad mutante;
de visión conquistadora sin carabelas ni horizontes;
abandonado a la deriva por los primeros vientos;
náufrago en un planeta sin líderes ni espejos.

Sólo a la deriva, pluscuamperfecto anochecer
en el centro de un motín de hormonas;
insubordinación de las gónadas sedientas de piel,
de flujos de vientres efervescentes y jóvenes
desayunando el maná que provee la sangre.

Y morí entonces abrazando mis brazos,
trazando laberintos de venas abiertas,
desparramando contradicciones de vida y muerte.
Sepulté mi cuerpo entre restos de recuerdos,
enarbolando la certeza de una premeditación abusiva,
planificada en la genética de un mundo sinsentido,
obsecuente con un suicidio que inició
cuando me vi flotando en la ancha avenida,
con semáforos en rojo y el tránsito a contramano..