Desazón pariendo tempestades,
fragilidad de memorias
en los sueños frustrados;
reposa abúlica
la fe de la gente.
-¿Puedes venderme una esperanza?
-Suplican al poeta-
-Soy apenas un hombre,
no hago milagros;
sólo escribo versos tristes
que nadie lee.
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