jueves, 26 de mayo de 2011

Sobre la languidez del pan del día

Hay que andar despierto al alba;
las bragas de la noche ocultan el hambre
y un pan sinsabor aplasta sus narices
contra el vidrio de la nostalgia.
Evocas las afrentas como cruces
y derogas los plomos de tus pies
que no reaccionan
ni con el edicto azucarado
del beso amanecido de una muchacha.

Te sonríes con dientes mellados
por roces de otros amnésicos alientos,
mientras la cama desnuda un hueco
en su espalda de arcilla,
como un mural de terracota
donde dibuja pictogramas
el filo del recuerdo.

Hay que andar despierto al alba,
cuando las bragas olieron a escarnio
en las gradas de la noche.

2 comentarios:

Julie Sopetrán dijo...

Genial, Daniel, uno más de tu colección, im-pre-sio-nan-te. Te felicito. No se me funcionará Google, llevo tiempo sin poder usar este perfil. Un abrazo, Julie S

Daniel dijo...

Google y sus problemas, ya comunes en estos tiempos; no siempre las reformas significan mejoras.
Gracias Julie por seguir. Mi cariño.