lunes, 12 de abril de 2010

La necrosis de los días

El parlamento de los días,
los reclamos oscuros y ácidos de sus voces,
apenas audibles en su apnea
en el esfuerzo por no respirar el sucio aire
que contamina y oxida los relojes.

Trazando círculos viciosos,
esquivando baches en la vereda,
pasa un átomo de oxígeno, emborrachado de smog,
su palpitar asfixiado gangrena la sangre
y un espasmo estrangula su garganta.

Y el humo que baja, ya no respira;
está tan denso el cielo
que llueve plomo sobre los días.

2 comentarios:

Anacanta dijo...

...está tan denso el cielo
que llueve plomo sobre los días.

Solo queda
buscar la verdad, intimidar
el inadmisible peso
de la sombra, recordar
a fuego los escombros,
esta desolación, que trajeron
los días espantados
con su amor mutilado y reciente:
sepultado amanecer
oriundo del golpe
y su mueca de espanto
arrojada en la cuneta.

Daniel dijo...

Gracias Anacanta...