sábado, 2 de octubre de 2010

Absurda insulsez humana

Bienaventurados los callos en las manos
del que habla con sus huellas
y la tinta de su saliva,
humedeciendo con escupitajos
las fibras de tu costra ósea.

Babosa intramolecular,
fagocitas los restos naufragados
de los tantos espías de tu cuerpo.

Vacías tu aliento
en la boca eraria de la muerte,
abrazas la fortuna a bocajarro
como última esperanza,
luego te vas,
borrando con tus pasos nuevos un camino antiguo.

Cuando te desintegres,
la necrofilia unirá tus pedazos;
el adagio ventral
sostenido de un sol en implosión
llagará grotescamente lo vivido.

Andrógena muerte, testosterona estéril;
para qué carajos sirve un planeta de simios
que preserven la humana especie,
si hoy copulas sin hambre
sólo por complacerte.

2 comentarios:

lichazul dijo...

que intensidad y ue fiereza plasmada
un pulsar viceral a concho
Felicitaciones Daniel

un trabajo redondo y reflexivo
la complacencia es nuestro placebo adictivo lamentablemente

besos para vos
buena semana

Daniel dijo...

Demasiadas babosas mi querida amiga. Un buen fin de semana para vos.
Gracias y besos.