A la
vista de todos,
en el
anónimo silencio que todo lo delata,
se
esconde una traviesa certidumbre,
un
escalofriante pensamiento recorriendo los rincones
y todo
está ahí
al
alcance de la ceguera de los ojos,
del sin
tacto de una comprensión,
de un sí
tan claro como un beso en la frente.
Soy lo
que no aparento ser:
un
relieve rústico y confuso,
un cliché
de inconsistentes días,
ociosos
como caricias en la piedra.
Niégame
si reflejo una verdad,
porque si
no eres voz abierta
como
vientre de madre,
huirá
pasmado el revelado espanto
y la
realidad será insoportable suicidio
mordiendo
el filo del anzuelo,
y ya no
será ni tendrá la existencia,
el
púlpito que vociferó un escarnio
sobre su auto compasión de ser,
a la vista de todos,
un insignificante cero a la izquierda.
a la vista de todos,
un insignificante cero a la izquierda.
2 comentarios:
Cuando todo se publica
y se airea
es de gran responsabilidad
salvaguardar cierta dosis
de intimidad.
A mi me sonó esa caricia que tanto bien hace a las piedras y a los ciegos... si te veo, a veces nos vemos. Un abrazo de ma!
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