jueves, 16 de abril de 2015

Más bien digo:

Ahora que esta rabia me crece
tanto como decrece mi cuerpo,
se apoltrona en mi vocabulario
un liviano viento de abandonos.
Ahora que me visto de caminos
tratando de pavimentar la analfabeta memoria
que alguna vez eduqué
con ternura de manos con pinceles en los dedos.
Ahora, podría decir, más bien digo:
el codo del olvido no logró borrar
la ignominia de un pasado
ni rasguñando la lapidaria piedra
que me sepultó vivo tres palmos bajo tierra.
junto a mi ignorancia de vivir
como la muerte manda.

viernes, 23 de agosto de 2013

De grises y otras yerbas

Vengo de una noche azul,
la luna ha dejado de llover
y a mí me gusta el gris.
Cada amanecer visto mi desayuno
de grises y salgo hacia la fábrica
en donde comparto otras lluvias
con otros compañeros también grises.
Una campanilla roja
despierta mis grises interiores
que escapan deseosos de ver risas amarillas,
de niñas amarillas,
que tiñan con sus despeinados bostezos:
los grises de las máquinas,
los pisos grises del hastío,
los rostros enojados y grises de los gerentes.

/Hay un hombre de sed salada,
una angustia cerrada mordiendo los labios,
y el reloj de piedra, oculta, su perezosa vergüenza/

Recién es lunes:
lunes de pájaros abrazados a una almohada
lamiendo un sueño inconcluso.
Y aún queda bastante día para sobrevivir a la intemperie.

jueves, 22 de agosto de 2013

Anonimato premeditado

A la vista de todos,
en el anónimo silencio que todo lo delata,
se esconde una traviesa certidumbre,
un escalofriante pensamiento recorriendo los rincones
y todo está ahí
al alcance de la ceguera de los ojos,
del sin tacto de una comprensión,
de un sí tan claro como un beso en la frente.
Soy lo que no aparento ser:
un relieve rústico y confuso,
un cliché de inconsistentes días,
ociosos como caricias en la piedra.

Niégame si reflejo una verdad,
porque si no eres voz abierta
como vientre de madre,
huirá pasmado el revelado espanto
y la realidad será insoportable suicidio
mordiendo el filo del anzuelo,
y ya no será ni tendrá la existencia,
el púlpito que vociferó un escarnio
sobre su auto compasión de ser,
a la vista de todos,
un insignificante cero a la izquierda.

lunes, 19 de agosto de 2013

Giro y contragiro

A esta razón infinita de anestesiar la rueda
la alimento con partes sobrantes de un todo ebrio;
quise ver la luz debajo del lodo y encontré un fragmento extraviado,
un rayo de incertidumbre, un sinónimo de espejo;
calvicie brutal, abstracto túnel sin luz en mi delirante viaje;
quise la muerte y encontré un pasaje;
quise respirar entre anhídridos y encontré un recodo,
induciendo un viaje con retorno
al mismo punto de la circunferencia.

No hubo escapatoria;
tuve que regresar a esta muerte cotidiana,
a esta ceguera irrevocable del instinto,
allí donde los corruptos predicen
sus mágicas antesalas del infierno.

Hubo un tiempo, una huelga de vida:
sumisión a derecho, a placenta contaminada,
que condena a un circular renacimiento;
en definitiva: un fiasco de momificadas telarañas.

lunes, 8 de julio de 2013

Conceptos

Escribo poesía para los muertos,
los vivos ya leyeron todos mis derrumbes
y huyeron despavoridos
en busca de una verde pradera;
es posible que regresen cuando la amnistía
que produzca mi muerte,
tizne de olvidos los rezos misericordiosos,
hasta puede que susurren a mis orejas
un distendido: no eras tan mal poeta,
en el fondo, muy al fondo de tus oscuros.

sábado, 30 de marzo de 2013

Sedimentos de historias


La utopía se asemeja a un minúsculo átomo,
inalcanzable a los dedos que pretenden abarcarla.
Eres una minúscula utopía:
inalcanzable a mis deseos,
tal cual la vida que soporta el peso de la memoria sobre sus ojos.
Deberías incendiarte cien veces en tus propias cenizas
para despertar luego en una matriz de barro 
como Roma despertó en la cesárea de la historia: 
fuerte, altiva, arrogante e ilimitada.
           
Arderíamos entonces: utopía e intención, 
tú, hermafrodita, yo con mi lesbiana muerte.
En conjunción: sedimentaríamos historias
despojados de todo temor a renacer en un fénix.

Puritana veda de sinónimos


He gastado ya
los tantos epítetos sobre mi locura
tal parece que mi mundo se derrumba
en un inocente silencio
sin injurias sin tiros en las sienes
Me preguntaste si mi angustia dolía
te respondí que sólo cuando estoy despierto
reflejando mi mudez adormilada
mi puritana veda de sinónimos
-incordura, insensatez, in in-
todo porque mi diccionario de insultos
perdió vigencia

Mis padres
mi profesor de ateísmo
mi novia engañada
hasta los desconocidos
fortalecieron mi espíritu enajenado
Freud se relamía en la boca
de mi profe de psicología evolutiva
masticaba cada palabra que ella profería
y su mirada de diván dormido
mascullaba un loco clase tres
en involución exponencial
Otros tiempos

Jamás pensé que volvería a leerte Julio
quizás fue tu rayuela que en agosto
enfrió los cielos
y los paraguas se descolgaron por las chimeneas
de un Vivaldi de inviernos
Y así ando ahora
deshabitado de ríos
con intemperies subterráneas
bebido de humedades amarillas
contaminado de cordura
como la última gota que mancha el calzoncillo.

lunes, 18 de febrero de 2013

Revelaciones


Se destrozaron los cristales
la parodia del ser se cuarteó en notas altas
cayeron los bemoles y un violín tronó fanfarrias
cuando los pedazos azuzaron los vientres compungidos
reclamaron sus tiempos
fustigaron los fantasmas adormecidos
y con ellos el asombro despertó sobresaltado.

La vida austera del silencio transcurre silenciosa
enmarcando existencias de seres alineados
y sobre el salitre quejumbroso de una lámpara
crepitan dos cuerpos dos ansias barrocas
se transparenta la vida
el ser revierte la oscura melodía
y un coro de impíos amantes
alienta la espectral confluencia de los sexos.

Algoritmo natural sobre un relieve impugnable
goza de buena salud la incordura de la piel
un buitre a la distancia eleva sus hombros
convencido que nada podrá ser cambiado
mientras la cópula del hombre no se oxide
en un terrenal abandono de manzanas edénicas.

domingo, 27 de enero de 2013

Vestigios genéticos de impunidades


Veo como los malos ejemplos cunden
más rápido que la cultura social
una madre cruza la calzada por el centro de la cuadra
con su pequeño hijo en brazos
sorteando coches que en veloz fuga atraviesan cerca de sus muertes
mientras la ciudad contempla indiferente y se estimula
seguro que 
también puedo
seguro que soy más rápido que esa madre con su carga
y atraviesa una y otra vez tantas calles como puede
tantas miradas como indiferencias

Veo un semáforo en rojo que no se detiene
que un vehículo en veloz fuga atraviesa cerca de dos vidas
de cien inmensas indiferencias
sorteando humanos que cruzan por sus sendas de cebras
mientras la ciudad contempla indiferente y se estimula
seguro que también puedo
seguro que soy más audaz que ese coche que en veloz fuga
cruza la calzada atestada de transeúntes en ciega indiferencia.

Veo un niño a upas de su madre
cruzar la calzada por el centro de la cuadra
sorteando su futuro entre indiferencias y aprendizaje de vida
seguro que también podré
seguro que seré más rápido que mi madre que me carga
y que el coche que en veloz fuga atraviesa cerca de mi futuro
mientras la ciudad contempla indiferente y se estimula.

Me veo repartiendo mortajas a una sociedad indiferente
las vendas de mis ojos no discriminan entre vivos y muertos
entre asesinos y suicidas
entre pasado indiferente y futuro inexistente
somos vestigios de impunidades
de una ciudad cementerio de equidades cruzando calzadas
por la mitad de cada cuadra de una vida en contramano.

viernes, 4 de enero de 2013

Cuando el sopor de los vocablos


Del transcurrir nada queda,
los prefacios cerrados de una infancia 
suelen abrirse a los ojos de una noche de cemento:
pasan de largo por la acera de los recuerdos.
En lugares entablados, fantasmas hacen tabla
encerrados en alcoholizadas botellas;
la mano que mece la muerte
no alcanzó a tomar la guadaña;
el virus inmaculado de un infante preñado de ilusiones
reposa bajo la forma de una dádiva.

/He salido a buscarte en casas extrañas,
en pertrechos de guerras sufragadas
que dejaron saldos negativos de auroras/
¿Dónde estás niña de río?
Dejé dos nenúfares en tu orilla de juncos
y una nota desterrada 
subiendo la cascada de las palabras.

/Eras entonces en aquella jangada: prisionera de mis juegos,
la Roma incendiada con pétalos de naranjas,
una selva entre lianas y balcones de inocencia,
la fluidez de la paloma encaramada en mi espalda./

Agradezco los rebaños que contaste para mí
cuando el sopor de los vocablos 
no mitigaba el hambre de los espantos,
rellanos de alboradas sin reflejos de vida.
De todo eso no distraigo mi consciente inconsciencia
y el paso abarcador que nada abarca
pero que cubre más de una distancia.
Más allá de las palabras: nada


miércoles, 19 de diciembre de 2012

El hombre circular



El hombre circular tiene un radio
un cúbito dorsal
una tangente intangible bordeando la urbe
de su apolillado círculo.
Un hombre circular circula
adosado a un eje imaginario rutinario
mientras su especie deambula inconsistente
por las mutaciones naturales de la evolución.
Evoluciona mientras involucionan sus círculos sin inercia.
Tiene frío y un sórdido pasado.
Sus garras antiguas sostienen huellas muertas
bajo la epidermis de una nevada de polvo.
Camina erguido encorvando su torso
distribuyendo siglos entre ojos y huesos.
Calvicies de cueros y rebaños
sostienen su esencia de emigrante sin destino.

El hombre circular refugia entre sus manos
calles arrítmicas de abulias de autoría.
Cuando chista un taxi chista un entusiasmo
una rotura umbilical de sus raíces
un intento de socavar la atracción cenital
para luego adquirir impulso y dejarse llevar
en andas por las sinuosas curvaturas lunares.
Pero la gravedad acorde a su peso
denso como su inequívoca mentira
subyuga la traición a su derecho
y se retrae instintivamente
domesticado a sus funciones
a su centro vicioso de rectas circulares sin salidas
donde reposan sus restos.

domingo, 16 de diciembre de 2012

Apuntes entre líneas


A dos espacios entre líneas

cubriendo distancias intangibles

invadiendo anexos impolutos

distanciando años nuevos y viejos

A dos espacios entre líneas

me veo sacudiendo mis rodillas

nadando entre flores de lino

con amores de juegos.


A un espacio entre líneas
acortando la cuerda del péndulo
entre ancianos vetustos solemnes ciegos
entre algodones que supuran olvidos
por resquicios de apneas
movilizo
     oxígeno
     morfina
     orines
A un espacio entre líneas
la tapa cubre la vida
lo necrótico endurece mi rodilla de lino
mis amores de juego regalan coronas de muérdago
y una cinta lila con bordes dorados
recuerda los que me quisieron
/o me ignoraron en vida/
porque la muerte recupera memorias
como domingos de inviernos
subrayando renglones
historias añejas
futuros sin futuros
agotando los espacios /entre líneas/

sábado, 25 de agosto de 2012

Cianosis

Cada gramo de violentas refriegas
que adolecieron en las fauces del miedo,
hoy carecen de sustento
por el trasfigurado obraje del tiempo.
Cada simposio de piedras sobre las chapas de zinc
de mi alocado mutismo,
refrendan con solapados labios azules
un pacto cianótico que mora en la piel
donde boquean sentimentales tertulias de fango.

/Trascribo violando ancestrales secretos
-liberados de moralistas eufemismos -
la palabra natural que expresa en verbo y forma
la cobardía del lobo cazador de mentiras./

Una presea de barro por un golpe de ternura;
un extinto delirio trashumante
a cambio de un lar de velas encendidas;
un descorrer de cortinas de humo,
por un amanecer de migas recogidas:
mágico ritual de un desayuno de besos.

/Desnudo de mí mismo veo mutar la intemperie
con un cerrado aplauso de incordura.
Si hasta los vahídos del alba parecen incoloros
sobre un horizonte de piel que se aleja./

Y llueven paradojas sin consignas
y el bis no se devuelve tras la mascarada,
cerrando el telón en el penúltimo acto…

/…a sala vacía./

jueves, 23 de agosto de 2012

Cuestión de tiempos

Crezco y subo a un infinito sin retorno
la llave de la fortuna extravió su clave
en los contornos de una aurora
y tuve la suerte de perderla
antes de sumarte como otro fracaso.
Lo malo siempre es malo, lo bueno suele ser
irremediablemente un doloroso final:
lo único previsible es lo imprevisible.
Por qué no evitar lo inevitable antes que sea siquiera una idea.
No sentir antes de tiempo sería la cuestión.

Pero el amor o el dolor suelen venir cuando no se los espera,
cuando alguna muralla se derrumba
y los custodios del silencio levantan sus voces
para llamar su atención.
Parece imposible entender lo abstracto de la vida
cuando sus acostumbradas formas
no salen de un básico modelo: híbrido por naturaleza,
transitorio por donde se lo mire.

/No pedirle peras al olmo./

Contundencia filosófica

Alternar entre vida y ocio
como ameba en jalea estomacal
digiriendo todo lo que exhuma sedimentos
de más de un satélite lunático e introvertido
en órbita cuadrada alrededor de un chato mundo.

Incendio atmosférico en tránsito a la tierra
sulfurando un depurado aire auricular
respirado entre gallos y habanos cubanos
cohete viajero trashumante vigía
en torretas de arenas desérticas.
Se recuesta suavemente en ellas
no eres tú soy yo que rinde pleitesía a Satán
rey de los colorados federados
luchadores inalcanzables
adquirentes en bolsa de valores
de almas impúdicas cotizadas en baja.

Y me decía al oído en complicidad
con los bastones desequilibrados de una cóclea lumbar
que hay dos verdades en la vida
una que se nace y la otra que se muere.

/Ni siquiera amagué una defensiva opinión
ante tanta contundencia filosófica./

miércoles, 22 de agosto de 2012

Intemperie

A veces soy el ciego
que mira la pantalla blanca de sus ojos,
sabiendo que delante de ese velo la vida se devela
y me quedo entonces observándote,
imaginando tus movimientos ínfimos, precisos,
hasta aquellos inciertos que no tienen recorridos determinados.
Tacto buscando quien sabe qué en la memoria
a pesar de no saber la razón de mi estatismo
de estirar los ojos y desgarrar la tela y tocar
y palpar más allá de las palabras.
Es que el tiempo ha olvidado sus formas, sus temperaturas interiores
y el temor a una autocombustión del cuerpo se diluye en ese olvido
y las manos se esconden entre las piernas de la impotencia,
de la ignorancia del frío que todo lo abarca.
Tantas veces he querido decapitar las manos de mi memoria
para no pintarte en el mural de los lamentos.

jueves, 21 de junio de 2012

Gajes del ofidio

Mis caminos se tejieron
en planicies verdes
donde sus noches cargaban cardúmenes de estrellas
donde la luna era la yegua madrina que las guiaba
hacia la oscura tierra y su silencio.
Alguna vez dejé de ser
para volver a ser en otra vegetación
estopa para el libre pensamiento
algunos decían que mi estrella
era extemporánea
anarquista
flagrante
la oveja negra de la manada
pero me guardaba bajo los instintos
y cada tanto me zambullía en ellos
para resarcirme
de sus ingenuos apotemas
Para entonces yo estaba
exfoliando mi epidermis
decidiendo ser serpiente
en búsqueda terrenal
del edén mancillado
por energúmenos disfrazados de dioses
que proclamaban con sermones su violencia
-adictos a la opción Ctrl-Enter (libre albedrío)-.
Solía frecuentar tugurios humanos -de toda especie-
repartiendo folletos sobre la fecundación in Vitro
libre de contagios de males comunes
-individualismo, avaricia, maldad…-
con indicaciones precisas
recopiladas del señor de la sabiduría,
del que todo lo puede
del que controla nuestros diarios avatares
-San Google-
Hoy deambulo por los infiernos de la noche
adivinando la suerte de las manzanas.
Se gana buen dinero
cada tanto alguna
tiene buena suerte y le toca una Eva.
De todos modos siempre saco ganancias
en los campos del señor
el dueño de las tentadoras manzanas.
Gajes del ofidio

sábado, 26 de mayo de 2012

Testaferros insolventes

Desde abajo se observa que todo lo que sube baja,
que nadie regala el tiempo que no le pertenece,
que ser masa significa ser otro desconocido
en la brumosa aparatología que domestica este mundo.
No en vano el viento arrasa con los árboles secos
echando por tierra los cánones de una existencia,
de reglamentos, prejuicios y falsas profecías
y comprendemos que descender a la mierda
nos vuelve individuos con sarcófago propio.

Todo lo que falseamos retorna como plomo
en los ojos de la conciencia y sus llantos compungidos,
y proveemos a la “maldad insolente de una biblia y un calefón”:
una calienta el estómago extremista de la paranoia
y el otro incendia mentiras de proscriptos alimentos.
De todos modos, enterrar una muestra ósea en la memoria
testifica el paso injustificado del ser por un polarizado planeta
que sobrevive a su involución metamórfica
actuando siempre en defensa propia.

sábado, 17 de marzo de 2012

Cuando los pájaros mienten con sus cantos

El cielo y sus pasarelas acatan el reglamento:
mostrarse inmune a los prejuicios,
a los desvalores de la vida
que confunden con sus cantos de sirenas.
Los pájaros se asfixian entre el hollín capitalista,
sus trinos armoniosos se tornan iracundos
ante las balas que arrojan las humanas miserias.
No quedan burbujas de oxígeno para aislarse del odio.

Dadme la llave que encarcele a los necios;
provocadme la rebeldía que nacionalice la vida
y la esclavice al amor con argumentos de paz;
no quiero desabrazar mi afligida utopía.

/saben de mí los cantos que asesiné
cuando la culpa era tan ajena a mi inocencia:
los enterraba en el descuido/

En el arbitrio vagabundo de una infantil valentía:
¿A dónde van los niños cuando mueren los pájaros,
qué nicho indiferente los acuna en sus penas?
A sus oníricas mentes de héroes de historietas:
¿Quién las libera del genético egoísmo
que les altera el orden y los vuelve miserables?

/como los pájaros que mienten con sus cantos/

sábado, 25 de febrero de 2012

Perfiles cotidianos

Sin un diagnóstico que no aterre el sueño,
las manecillas ateridas de un reloj en coma,
van supurándome en los huesos.
Sé que es tarde para la cena:
los vándalos se han llevado mi petate,
con él mi marcapaso y mi calculadora,
ahora no podré saber el tiempo exacto de mi muerte
y no me gustan las sorpresas,
incrementan mi ritmo cardiaco,
prefiero una muerte lenta
mirando los ojos de quien me lleva.
Contaré el tiempo con un ábaco de dedos
al menos sé que llegaré hasta veinte.
Maldita lluvia que inunda esta noche
los perfiles de la ausencia,
temporal frenético entre bambalinas
de un teatro de candilejas,
donde el arlequín no ríe,
sólo se muestra aterido de sinónimos
de su mortal antagonista sin maquillaje,
falla genética de su corteza
que se abre tragándose toda esperanza.

sábado, 18 de febrero de 2012

Resaca

I
Decanta el vino en la rugosidad de una lengua
y un aliento a vides trasnochadas te evoca
madreperla
entrepierna de la vida
coraje que enfrenta los refucilos del alba
y no es
ni siquiera se parece
pero se desliza ladera abajo
pendiente frutal sin sabores étnicos
analfabeto de amores.

II
Soledad senil
en este huracán que explota sus venas vacías de sangre
ambiciosas de muerte –como las uvas muertas del vino-
llenando arterias anegadas de ocios.

III
Desflora la piel en un bautismo de piras
y va a morir con él la garganta que engulle
el escaso aire de esencias
y ya no sabe vivir
no desea vivir
y es una costra empotrada en la roca
que el mar no descuece con su furia
y es la muerte golpeando la puerta
suplicando que se diluyan los ríos
para evaporarse con ellos
y ser polvo de nada
como el tiempo.

IV
Ay si pudiera
si pudiera recuperar la memoria
decodificar el olvido
y volver a llenar un abrazo de amor
y temblar e inundarme de espasmos
y decir te amo y todos sus sinónimos
sólo por un instante
como un flash que besa el último deseo.

V
Delatora resaca.

sábado, 11 de febrero de 2012

Con los pies por delante

El tuétano de la voz y su leucemia galopante
trasluce los glóbulos de las palabras
hasta volverlas invisiblemente insípidas a los oídos.
Se intenta blasfemar al menos un exabrupto
en una inexistente atmósfera que no trasmite ni siquiera un eco
que reverbere en los huesos descalcificados de la existencia.
Hacia adentro, hacia lo inexpugnable de una muerte silenciosa
caminan los pasos absorbiendo fantasmas en su derrotero abúlico.
La metástasis aleatoria de una viudez de sentidos
endurece y acumula en las arterias una plegaria necrótica.
Morir, fenecer entre bambalinas sin poder recordar
los argumentos antiguos que deletrearon ilusiones
recogiendo esqueletos de amores calcificados,
de tegumentos arborizados sobre estas paredes mutantes
que rompieron los códigos genéticos y los sumieron
en una hendidura de donde no se regresa
sino con los pies por delante, abriéndose paso en la espesura
de una última noche sin ambiciones que beber,
ni ánimos de seguir masticando la vida.

miércoles, 18 de enero de 2012

Contaminando la génesis

La ambición se estrella como un torpedo
contra el paisaje
que cede al impulso violento de su paso
se ensancha como arteria hambrienta de oxígeno
la engulle entre sus epitelios
hasta contaminar su identidad

es entonces un miembro extraño
en la flora de su génesis
violando un futuro que se aborta
en cada instante mutilado
inseminando despojos atómicos
enfermedades sociales
desarraigo de raíces
la nefasta y usurera violencia
de un apetito miserable
y no hay juicio que lo condene
por violar tanta naturaleza muerta.

martes, 20 de diciembre de 2011

Puercaristía para gorgojos hambrientos

Suele contar hombres
en las noches insomniogminiosas
junto a los tres puerquitos camellando sueños
lamiéndole el rabillo a diezmenguados bolsillos
una viejecita apuesta sus ahorros
a las costillas rojas del cazador noelizado
que gloria la estrella de un pino
Je ne comprends pas

el trineo el trineo

benedicto conjuro de fumatas
lacrados a las cuentas del infierno
bebió el vino puercarístico
sin derramar una gota de hipocresía
en el blanco pan opioso de mentescatos

santas petunias batrman
llena mi brindis de pescados
reparte las migajas entre los gorgojos más hambrientos
que pululan en la mierda
que la mierdicordia sea tu proclama
cette merde cette merde

je ne comprends pas cette merde cette merde
feux d’artifice so fucking

sábado, 10 de diciembre de 2011

Pordioseros comunes de un sistema

Arrojé mi saco al aire
como sólo se arroja un saco al aire;
no importó la forma entonces.
Vi como se estrellaba torpemente sobre una mata espinosa;
sus formas dejaron de ser estrictas, sobrias;
hasta me imaginé un diario de envoltura arrojado por el viento.
En el parque todos arrojaban sacos al aire;
las matas espinosas estaban cubiertas de sacos
-de diarios de envolturas arrojadas por el viento-
sacos negros, grises, rayados, fuera de época.
Cantamos bajo esa lluvia de sacos;
disfrutamos entonces
descubrirnos pordioseros comunes de un sistema
viciado de nulidad, de aberrantes apariencias.