Se desprendió de reojo
vejada y abusada;
guarda reposo
en prolapso vegetativo
de un creo falso
uterino y abortado
por otra dudosa y ajena reputación
de incertidumbre dubitativa:
a desconfiar.
Alguien cegó su alborada
la razón de su razón,
desde entonces dudó
negó y cayó,
no se levantó más,
no como antes,
no como tantos antes;
ahora mira de reojo
desconfiada.
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4 comentarios:
...cuando se rompe la confianza aparece el trauma...
Señor poeta, confío en sus letras... huelen mucho a humano, a psique, a vida verdadera...
Gracias de nuevo
Equivocado o no, soy vida verdadera.
Gracias por acompañarme a creer.
la confianza es compañera de la fe,cuando una se marcha, se lleva a la otra, como siempre eres maestro en conocimiento de la condición humana...un abrazo
Sólo soy un desconfiado que sigue confiando.
Gracias.
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